Se trata de una caja de luz difícil de plasmar fotográficamente, en la que iluminamos un paisaje de la niñez, aunque tan íntimo y escondido que permanece parciálmente oculto y cubierto por la arena. Hace referencia a los juegos de los niños, buscadores y constructores de tesoros: un agujero cavado en la tierra, pequeños objetos especiales por sus brillos , su delicadeza o su forma extraña son agrupados y protegidos con un viejo cristal roto. Esto se vuelve a cubrir con arena, mostrándolo solamente a los mejores amigos, como muestra de confianza o para hacerlos partícipes de un secreto compartido. |