De sirenas

Erase que se era una princesa que un día de verano, en la playa, comenzó a leer un libro titulado "La vieja sirena" de José Luis Sampedro.

Retiro espiritual: sirena

Mientras leía el libro, se fueron despertando viejos sentimientos que ya no recordaba, sentimientos que, desde hacía años, negaba. Y así, página a página su corazón se fue reblandeciendo y recorrió paisajes hace largo tiempo abandonados, y lloró lágrimas de antaño, y suspiró, y sonrió, y tembló de nuevo. La sirena contemplaba la playa.

Después, se dió un baño y salió del agua y se llamó Eva porque no tenía ombligo. Sus curvas eran como las olas del mar y la trenza dorada de su cabello era su más bello adorno. Eva
Venus del mar Quiso volar y su cola era hermosa, sus escamas se transformaron en suavísimas plumas azules con reflejos violeta y de su pecho se desprendía una luz compuesta por miles de pequeños rayos blancos.